A solo dos horas y media de su natal Tijuana, el catcher Alejandro Kirk vivió un momento que quedará grabado en la historia del béisbol mexicano. En el Dodger Stadium, donde hace más de cuatro décadas Fernando Valenzuela inspiró la mítica “Fernandomanía”, Kirk llega como la nueva figura de México en el diamante más grande del mundo: la Serie Mundial 2025.
Con su cuadrangular de 403 pies en el Juego 1 ante los Dodgers, el jugador de los Toronto Blue Jays se convirtió en el primer mexicano nacido en México en conectar un jonrón en una Serie Mundial. A sus 26 años, Kirk no solo escribió su nombre en los libros de récords, sino que también encendió el orgullo de una nación que celebra cada paso de su ascenso, desde su formación en la academia juvenil de los Toros de Tijuana hasta convertirse en All-Star por partida doble.
Su historia tiene ecos del propio Valenzuela: un talento subestimado por su físico, que con trabajo y determinación se ganó un lugar en las Grandes Ligas. “Lo que está haciendo Kirk es histórico, no solo para Tijuana, sino para todo México”, afirmó Jorge Campillo, exlanzador y quien firmó a Kirk cuando apenas tenía 14 años.
“Es un símbolo de orgullo nacional”. Hoy, además de su poder ofensivo —con 15 jonrones y 76 impulsadas esta temporada—, el tijuanense es reconocido por su defensa sólida, su liderazgo detrás del plato y su capacidad para guiar a lanzadores veteranos como Max Scherzer.
De la mano de su talento y carisma, Alejandro Kirk está abriendo un nuevo capítulo para los peloteros mexicanos, especialmente para los receptores, una posición poco común entre los representantes del país. Así como Valenzuela inspiró a una generación de lanzadores, Kirk se ha convertido en el referente de una nueva camada de jugadores que sueñan con seguir sus pasos. Pero antes de mirar al futuro, el “Capitán Kirk” tiene una misión clara: llevar a los Blue Jays al título mundial en el mismo escenario donde nació una leyenda mexicana del béisbol.
